lunes, 21 de diciembre de 2015

Aproximación al dolor.

A veces
quiero sentir tus uñas
clavadas en mi piel
y tus dientes adentellando, adentrándose, rompiendo las tensiones
a nivel del mar, a nivel del vello, que se eriza (demar) y gallina
vampirizandome y con antídoto (destaca)
a veces
quiero sentir tus uñas
surcándome la piel
acuchilladas y exigir nuestro pequeño patio, propiedad privada del dolor.
Un patio con vistas al mar pero con las ventanas cerradas,
una cavidad de silencios y de llaves oxidadas.
A veces quiero sentir tu peso sobre mi peso y que nos hundamos un poco más en la tierra.
A veces, cuando los doloresdeotrosnombres respiran, se abren pequeños poros, mirillas, punciones, por las que me resbalo y entonces estoy aquí y siento estos dolores, como nuestros, y el peso puede a la resistencia y tus uñas revientan mi carne y un grito puede a la manzana que me clavaron en la garganta y la sangre y el agua salada nos inundan la boca y ya nada lo detiene.

porque decidimos adueñarnos de nuestros dolores
porque ya bastó de que nos dolieran sus muelas
y construir, o abrir túneles hacia nuevos hogares,
o cazarlos al vuelo
y recordar
una butaca enana roja en el patio, ese es mi(cro)hogar. 

Yaproximarnosaldolorquenosprohibieronelprimerlunes.


sábado, 19 de diciembre de 2015

Poesía blanca del váter.

Orgasmo y silencio.
El rollo de papel ligeramente inclinado,
su rugoso patrón deslizante.
Y el váter, ahí callado, observante,
bañado por luz intermitente del sol.
¿Por qué nadie se fija en el váter?
Un lago de cristal encerrado en loza.
El retrete blanco, blanco retrete,
allí en su esquina, callado.
Testigo visual y táctil de las carnes,
las nalgas extrañas.
Brilla el metal de las bisagras.
La ciudad es ciega a los baños.
La ciudad cierra sus ojos
a la intimidad y escatología.
¡Qué asco!
Que nadie tiene culo,
que nadie tiene mierda.
Y ahí, el váter,
el único que afronta la realidad humana.
El objeto despreciado,
invisibilizado,
desprovisto de belleza.
Hemos olvidado la miseria humana.
El vómito en los baños.
El olor a orina.
Las duchas frías y calientes.
Las lágrimas que se esconden en el baño.
Los sumideros, el silencio, la contaminación.
Los conductos que unen los rectos,
la mierda compartida,
las aguas negras.
Hemos olvidado la miseria,
las historias de servicios públicos,
Hemos olvidado nuestra humanidad,
ese acto de expulsar mierda que es nuestra vida.
El acto colectivo de cagar que es la sociedad.
El váter me lo recuerda.
Me grita, en su silencio blanco:
¡Eres humano!
Y afronto mi responsabilidad
de la mierda que dejaré a mi paso.
De todos los servicios públicos
que atascaré con mi bilis, con mi drama, mi miseria, mi fragilidad, mi egoísmo, mi olvido.
Lo afronto. Lo afronto.
Afronto mi mierda.
Y os digo: mi mierda atascará el desagüe.
Mis palabras son mi mierda.
Y esta mierda (d)huele.



viernes, 11 de diciembre de 2015

Principio de existencia

Mi psicóloga me dijo
que las opresiones
no existen.
Que nos las hemos
inventado,
todas.
Que vivimos en Matrix
y todo es mentira.
Pastilla azul o pastilla roja,
Que cada cuchilla
transversándome la carne,
la había creado yo
con mis propias manos.
Que era mi puta quimera,
mi flagelo,
mi monstruo
y yo el Dr. Frankenstein.
Todo está en mi cabeza:
todxs vosotrxs
y vuestro dolor.
Ceci n'est pas l'oppression
Ceci n'est pas la haine.
Me dijo que no existe
un nosotreoas
y que somos
tan invisibles
como nos hicieron.
Y ahora somossu puta quimera,
su flagelo,
su monstruo
y ellos el Dr. Frankenstein.
Nuestro dolor
es nuestra arma.
Su odio fue la semilla.
Sus no existimos,
nuestra resistencia.
Que gritamos,
que gritemos,
nuestra existencia,
tan frágil como la suya.
Que transversemos sus palabras
con las cuchillas
que nos construyeron
a su medida.
Que quede algo,
el eco de este grito,
que las que vengan,
lleven camisas de diez varas,
ropa holgada,
que respiren un poco más,
más limpio, más profundo.
No me dejéis solo,
me dan miedo sus gritos.
Caminemos juntes,
seamos escudos y cascos,
hoy,
las espadas ya están en la forja,
y que mañana
se escuche ruido
de cadenas,
rompiéndose.
Existimos, existimos, existimos.
Somos sus dolores de cabeza.

sábado, 5 de diciembre de 2015

PAINKILLERS

We were born in the city. How are we supposed to write about nature, trees, earth, sun or sea? How are we supposed to write about beauty? This is not fucking Walden. We can't be alone or isolated any moment. This is a electric shit! We're just entangled, chained, connected, sewed, we're just pieces of something bigger, wheels rolling and rolling to nowhere, statics. They teach us to be functional, productive, effective, workers, pawns sacrificing their lives for a cause (the king of the city). But you're interchangeable, if you don't work they throw you up. We're fated to be trash, oblivion, nothing.

Welcome to the paradise machine! Smile! You have all that you can eat! You can't complain about anything! You have fancy houses and fancy clothes, easy, sparkling, promising, fucking perfect lifes. Or you have nothing at all, but then you're just trash since the very first second of your life. This paradise is exclusive, like every paradise. Only the most handsome, the richest, the most perfect, the most brilliant, the most most. They do fancy parties in their fancy houses and they show their offspring like they were diamonds, just something to wear or to sell to the system. Money, we want money! We're money! Our organism clanks like a clock ticking.

 But all of us want to be something else, we don't want to be sparkling diamonds, they are our enemies. We want to be ugly and filthy. We want to be outsiders. We want to be imperfect, asimetric, we want to wear old-fashioned clothes, or just be nude, all day. Just spread our bodies, our dirty, stinky and sweaty bare skin on their cute floors, we want to have kinky, nasty sex on their expensive coaches, we want to mix their wine with our blood, sweat and tears, we want to cum on their simetric, perfect squared white teeth. We have to shout and jump and run and break everything and say many fucking swearing words and smoke and getting high and write or paint or read or performance or do something artistic, art is life. We want to kill the king. Or we just wake up someday and we don't want to have sex with anyone, we just suck, we're very fat, we're too old for this shit, life doesn't make sense, we don't make sense, everything bores or annoys us, we don't understand anything.

We are afraid to get up or open that door, we are afraid of hearing our own voice, we are afraid of the light between curtains, we are afraid of have to do something, we are afraid of their orders, of their shouts, we're afraid of the deafening clank, we're afraid of keep rolling to nowhere. We're no one, nowhere, nohow, nowhat. Now what? Now who we are? We're afraid of losing ourselves but we don't know who we are. We thought that we were something, something apart from everything. We thought that we were valuable, that we were subverting things. Now we're just some empty ball of  hair and skin under the sheets, biodegradable trash.

We promised ourselves outparadise and here we are. Outparadise is exclusive, like every other paradise. Outparadise is a lie, like every other paradise. Outparadise is just a way to forget we were born in the city. Outparadise is a painkiller. We fed up with painkillers, but they were just floating on our blood and stomach, and now, they're sinking, they are vanishing, they're just lost in a lay of piss. Doctors lied, pills lied, you can't kill pain. Pain is here, beating inside me, beating me. We were born in Pain City.

We didn't know how to survive, pill box was empty.



viernes, 6 de noviembre de 2015

Un mundo feliz

cuánta droga, cuánto opio, cuánta niebla, cuánta pared de hormigón y cuán ancha, cuánta coraza, cuánto microcosmos, cuánta morfina, cuánto ibuprofeno, cuánto somnífero, cuánta mentira, cuántas, cuánta ficción, cuánta poesía, cuánto tictac, cuánto dinero, cuánto sexo, cuánto espejo roto y cuánta ventana tapiada, cuán pequeño, cuánta agua debemos achicar, cuán seco debe estar el lago, cuán microscópico ha de ser nuestro charco, cuán lejos y cuán callado,

y cuánto hay que falsear para ser un mundo feliz.


sábado, 24 de octubre de 2015

Contraelverso

Contra.
Contra todo.
Contra Venus
y contra Apolo.
Contra el lenguaje
y contra el método.
Contracorriente.
Contrarreloj.
Contrabajo.
Abajo el trabajo.
Contracultura,
y contrasexual.

Contraarte
y encontrarte
contra todo.
Y sin más balas.
Solo, desnudo
y contra la pared.
Estar en contra de todo,
en contra del orden,
en contra del amor
reflejado en hierro
y (de) las cuerdas.
Y de la regla que me dice que tengo que cortar el verso. Porque estoy en contra del verso, porque qué es el verso, sino una bala más que necesito. Contraelverso. Y sobre todo, contra el poeta y su pistola, cargada de futuro, ya no me quedan balas. Contraelfuturo. Futuro está vacía. Una biblia falsa para guardar la petaca, una biblia verdadera para guardar la palabra. Contrapalabra. Contra Dios. Dispara al diccionario y dispara a la biblia. Yo maté al mesías. Contraelmesías.

Y sobre todo
contra mí mismo.
Contra Álvaro Buendía.
Meterme el cañón en la garganta
y vomitar una poesía,
que vale menos
que la bolsa de la basura.

Ya no me quedan balas.

viernes, 23 de octubre de 2015

Hazlo como un hombre

Hazlo como un hombre.
Bang.
Hazlo como un hombre.
Bang.
Hazlo como un hombre.
Bang.
Hazlo como un hombre.
Bang.
Hazlo como un hombre.
Bang.
Hazlo como un hombre.
Bang.
Tú no eres un hombre de verdad.
Bang. Bang. Bang.

lunes, 5 de octubre de 2015

Cuando el universo era sólido

Las ciudades
ya no son ciudades
y se deshacen
ante mis ojos.
Los poros
de la realidad
se ahondan,
se ensanchan
y todo lo que era sólido
se vacía.

Y la vida,
tiene superficie infinita
y volumen nulo.

Somos líquidos,
somos fluidos,
superfluidos
y no sabemos quiénes somos,
no tenemos nombre,
ni entendemos nada
de lo que ocurre.

Nos miramos a los espejos
y en los ojos ajenos
y nos creemos el trampantojo.
Pero tú no eres tú
y yo no soy yo,
¿quién es más nadie de los dos?

Las ciudades
ya no son ciudades
y ya no compartimos
el mismo espacio-tiempo.

No nos entendemos,
no nos mezclamos,
en el fondo: estamos huecos.
Un cubo de Menger
condenado a recorrer
una banda de Möbius.

El universo
ya no es universo.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Para poder dormir

Dame democracia
para poder dormir.

Dame papel
para poder votar.

Dame progreso
para poder creer
(en ti, en mí, en nosotros).

Dame seguridad
para poder vivir.

Véndeme humo
a precio de oro.
Dame placebo.

Dame morfina,
que me duele el pasado.

Y ahora que ya duermo,
plácido y feliz
coge la almohada
y ahógame.

Te prometo
que moriré calladito.

lunes, 31 de agosto de 2015

Última conversación de agosto

M, eres un sueño compartido.
Cuando te creo dormida, eres tú la que me despiertas.


Sueño, vigilia.
Ficción, realidad.
Verdad, mentira.
:
Hablan de dicotomías,
lo simplifican todo,
porque no te conocen.


Y se creen despiertos
cuando caminan por tus calles.
Soñadores sin sueño.
Hiperrealismo a pie de página (letra)(calle).


(Cuando lean esto
puede que se miren entre ellos
y digán: Ah, habla de Madrid)


Pongamos que hablo de Madrid
y nos quedamos más tranquilos.
Y nos quedamos más despiertos,
o más dormidos,
inerciales.


Pero tú y yo sabemos
de qué hablo
cuando te escribo,
entre cabezadas
o sobresaltos,
en tardes de agosto,
que eres menos tímida
y me hablas del limbo
y de esa realidad efímera,
o la ficción puncionada.


Y me escribes con más imaginación que memoria.
Porque la memoria está cansada y siempre fue enfermiza.
Pero la queríamos como a una hermana.
Aunque la tratáramos como a una madre.


Y a veces se ponía sus trajes de realidad
y todos la obedecíamos,
aunque quisiéramos ser como la tía,
a la que observábamos desde la ventana.


La tía era moderna como la que más,
vestía ropa de colores
y nos traía regalos exóticos
de lugares exóticos,
quizás el chino de la esquina.


Todas nos engañaban
y todas eran sinceras,
como las que más.
Y las queríamos a todas.
Aunque nos obligaran a elegir.


Pero ya no sé quién es quién,
mi hermana, mi madre y mi tía.
Todas se confunden
y todas eres tú,
en esos días de agosto,
que hoy se van,
y también se quedan.



P.D.: No me escribas más a esta dirección.
Me mudo.
Nos vemos.

sábado, 8 de agosto de 2015

La casi tierra (Poema a Lavapiés)

No matéis a Lavapiés.
Ni a este 7 de agosto.
Ni ningún 7 de agosto.
Ninguno.

No me lo matéis.
Que aquí está mi ciudad.
Si es que tengo.

En Madrid no hay tierra.
Madrid no es tierra.
Esta no es mi tierra.

Pero no me la matéis.
No calléis los tambores,
nunca.
No rajéis sus pieles,
nunca.
No cerréis los balcones,
nunca.
No desalojéis las plazas,
nunca.

Y sabed
que aunque intimidéis
con vuestras sirenas
caníbales
y vuestras porras
extensibles
y desalojéis
Agustín Lara
a la 1 de la mañana,
Lavapiés sigue sonando.

Lavapiés: la casilla del Monopoly
que nadie quería.
Lavapiés no vale nada
nos dijeron.

Así que:
No compréis Lavapiés,
nunca.
No vendáis Lavapiés,
nunca.

Cuando las luces de Gran Vía
se enciendan,
cuando se abran los bancos,
las discotecas,
cuando los turistas ahoguen
las calles,
cuando los buffets
vendan paella
y el súper
kebab en bolsas
cuando todo sea
de cartón piedra,
de pasta,
de hormigón.
cerrad alguna puerta,
de madera,
allá por Tirso.

Y esconded la tarjeta marrón.
Para que no la vea
el señor de la chistera
(que hoy se camufló
tras unas gafapastas).

No me la matéis.
Que siga sonando
la casi tierra.
Que siga soñando.

viernes, 7 de agosto de 2015

Yo y/sin mi circunstancia (Ficciones)

Yo soy yo y mis circunstancias.
Hasta aquí, todo correcto.

Madrid. 7 de agosto.

Madrid está vacío.
Madrid es una ciudad de un millón de muertos.
Un millón de almas.

Madrid es una ciudad de un millón de ventiladores.
Un millón.

Madrid es una ciudad de un millón de autobuses,
tardíos.

Y las universidades: cerradas.

Mi circunstancia está de vacaciones,
sin mí.

Mírala, en stand by,
con la puerta ni abierta,
ni cerrada,
la dejaron.

Luce un poquito,
enfría un poquito.

Y yo, sin mis ficciones urbanas,
sin mis rutinas,
con las ideas hibernadas.

¿Quién soy yo,
sin mi circunstancia?

Aquellas ficciones,
aquellas mentiras
que me contaba,
que me creía.
Os fuisteis con ellas
y yo me quedé solo.

Enciendo otro ventilador,
pero no me dice quién soy.
Sorprendentemente,
no habla.
Así que esto es un monólogo.

Madrid está vacío.
Y ¿yo? soy solo un monstruo,
otro alma, otro pasajero de bus tardío.

Solo soy un monologuista aburrido
que ya no sabe cómo escribir un poema.

Qué aburrido, qué aburrido.

O no, no sé.
Quizás no sea un alma.
¿Las almas tienen circunstancia?

Enciendo otro ventilador.
Van mil dos.

Y ¿Madrid?: sigues vacía.
Y ¿yo?: ni contigo, ni sin ti.


(Hay que ver lo que hago para inventarme diálogos
Hay que ver lo que hago para inventarme ficciones)

miércoles, 15 de julio de 2015

Metaverso

El verso es: acústica, fonética, fotónica, sináptica, rítmica, melódica, escritúrica, barbitúrica, purpúrica, retórica, esporádica, hormónica, eufónica, afónica, hipersónica, versónica.

Denomino al estudio del verso versónica.
Me autoproclamo Doctor en versónica
por la universidad de Sonora.

Estas son mis conclusiones en cuanto al verso:

El verso es: repetición ritmo y rima.
Repetición, ritma y rimo.
Repetición, rítmica, mimética.
Repetición, rima, métrica.

El verso es: un proceso físico.
Repetición, sonido, fonética.
Concatenación de vibraciones:
las cuerdas: vibrantes.
las moléculas: vibrantes.
los tímpanos: vibrantes.
Vibro el verso.
Vibra el verso que renace
y se reproduce 
en la carne de mi carne.
Repetición, sonido, acústica.

El verso: ni se crea ni se destruye.
Vibra.

El verso es: un proceso maquínico.
El verso renace en la carne,
(la mano y la cuerda)
y también en la tecla,
en la pluma,
en el papel y la pantalla.
mano, cuerda, tecla,
pluma, papel y pantalla:
todos máquinas.
Repetición, máquina, mecánica.

Renace el verso en la máquina
y la máquina en el verso renace.

El verso es: repetición de otros versos, otros.
Repetición, recuerdo, reminiscencia.
Recuerdo a una iguana lorquiana
y la convierto en ceniza.
y después, en verso.
En otros versos, otros.

El verso es: una neurona salvaje.
Una red de neuronas que late en las sienes.
Repetición, conexión, sináptica.
Conecto el verso.
Impulso el verso.
Comprendo el verso,
sin comprenderlo, nunca.
Brazo (máquina) manipula el verso.

El verso es: hipersónico.
Repetición, ruptura, sónica.
Ruptura sónica de un látigo en el aire.
Un latigazo en cada neurona salvaje.
Verso más allá del sonido,
verso es más allá de la voz.
allende, el verso.

¿Qué no es el verso?

verso no es: acústica, fonética, fotónica, sináptica, rítmica, melódica, escritúrica, barbitúrica, purpúrica, retórica, esporádica, hormónica, eufónica, afónica, hipersónica, versónica.

Allende, allende.
No sabemos nada sobre el verso.
Que nadie se atreva a contradecirme.
Soy la Máxima Autoridad en versónica.

viernes, 3 de julio de 2015

Ciclos

Actividad. Movimiento. Perpetuo. El capitalismo se levanta en los semáforos. Cruzan niños y familias. Al fondo, un colegio. Revolotean los niños por unos minutos antes de entrar a clase. Algún rezagado. Yo aquí desde esta ventana. Y en la encmiera, el agua de un cazo temblando sutilmente. Arroz pegado al fondo. Mientras, han pasado 4 autobuses rojos. 149, 239,259, 279. Y vuelta al ciclo. El ciclo de autobuses rojos y el ciclo de la vida. El ciclo de los 9, el ciclo de la ciudad que un día se levantó capitalista. El capitalismo nos exigió el movimiento perpetuo y a cambio nos prometió estabilidad. Perpetuamente estables. EL PÉNDULO ES PERPETUAMENTE ESTABLE. Altura máxima, punto de equilibrio, vuelta a la altura máxima y de nuevo al punto equilibrio. Fin del ciclo. Ciclo de los niños. Entran al colegio. Silencio. Salen al recreo. Vuelven a clase. Silencio. Se van a casa. Los ciclos se superponen y crean a su vez ciclos más largos.

 149. Niños alborotando. Semáforo rojo. 249. Niños rezagados. Semáforo ámbar. 259. Silencio. Semáforo verde. 279. Silencio. Semáforo rojo. 149. Silencio. Semáforo ámbar...

El ciclo parece no tener patrón, pero habría que observarlo durante días, quizás durante semanas. Quizás el capitalismo nos exige que la ciudad sea irracional. Sin patrón:

¿Irracionalidad estable?

No, creo que a cada uno nos exige permanecer en nuestros ciclos, números periódicos, rutina, ciclo, repetición, ritmo, rima.

Altura máxima. Punto de equilibrio. Altura máxima. Punto de equilibrio. Tic tac, tic tac. Sístole, diástole. Sístole, diástole.

Ciclo de histiéresis: campo remanente, campo coercitivo, campo remanente, campo coercitivo.

El sonido de un avión sobre mi cabeza. Y alguien escribiendo en un albergue del norte de Londres. Atrapado en otro ciclo.

Ciclicidad. Bicicleta. Ciclos. Triciclo. Cicloides.

Y otro ciclo, menos probable: Big Bang, Big Crunch, Big Bang, Big Crunch.

Ciclos circadianos. Ciclo de vida. Ciclo del agua. Y ciclos de menstruación.

La historia es cíclica. O no. O no hay patrón.

Pi. 3,14159265358979323846... : Irracionalidad. Aspiramos a la irracionalidad (no computabilidad).

3.1.4.5.9.2... Nunca patrón.

Un tercio. 0,3333333333333... 0 y 3. 3. 3. 3. 3. 3. 3. 3. 3. 3. Vuelta al 3. 3. 3. 3. 3.

Capitalismo es 1/3. 1/3 del ciclo de los 9: 3. 3. 3. 3. Treses rojos atravesando mi mente.

Y yo grito: Pi. Pi. Pi. Pi. Y a mi vez, creo un ciclo. Repetición, ritmo y rima.

Hay quienes siguen buscando patrones en pi. NO.

Romper un péndulo en pi partes: pi péndulos perpetuamente irracionales.

Romper el capitalismo en raíz de 2 partes: raíz de 2 semáforos en ámbar, rojo y verde.

Romper un ciclo en e partes: irracionalidad exponencial.

Perpetuamente divergentes.

Sin patrón.


martes, 23 de junio de 2015

granadas rojas

ESTO ES SOLO UNA FRASE ESCRITA EN ROJO 

NÚMEROS ROJOS. LOS ROJOS. BANDERA ROJA. MAREA ROJA. ROSA ROJA. EL LIBRO ROJO DE MAO. ROJO, ÁMBAR, VERDE. NEGRO Y ROJO. JUDÍA ROJA. MANZANA ROJA. FRESA, CEREZA Y FRAMBUESA (EL ROJO ESTÁ IMPLÍCITO). ROJO IMPLÍCITO. SANGRE ROJA. MESNTRUACIÓN ROJA. ROJO CARMÍN. ROJO CARMESÍ. ROJO SANGRE. GRANADA (ROJA). GRANADA QUE AR(ROJA)S. GRANADA QUE TREPA Y EXPLOTA, QUE ABRAZA, QUE ATRAPA, QUE APRESA. EL MAR ROJO. EL VESTIDO ROJO. ES EL ÚNICO COLOR, EL ROJO, EL ÚNICO COLOR DE LA GUERRA Y EL TIEMPO. EL COLOR DEL SILENCIO ESCONDIDO EN UN CINE ANTIGUO. JUDÍA ROJA EN EL SÓTANO ROJO. Y AMANECER DE GRANADAS ROJAS. Y LA ROJA SANGRE Y EL ROJO SANGRE. LA MUERTE, ROJA. ¿Y QUÉ ES EL ROJO SINO UNA ILUSIÓN? ILUSIÓN ROJA. TU ROJO NO ES EL MISMO QUE MI ROJO. PERO ROJOS, LOS DOS. EL ROJO QUE ARROJAS AL NEGRO DE LA PÁGINA. ROJO, PERO SIN SENTIDO, ROJO SINSENTIDO. ROJO HORIZONTE, ROJO CREPÚSCULO, CORPÚSCULO, ROJA ONDA, DEL MAR ROJO.

TODO. ES. ROJO.

Atardecer rojo carmín.
Dame tu beso (rojo).
Y libera la fumata roja
de tu boca.
Y bailemos junto al fuego (rojo)
y gritemos con la voz de las granadas rojas.

Aún podemos seguir esquivando
a la muerte,
aún, aún.

Aún caen los rayos rojos
sobre este reloj de sombras rojas,
que se propagan por la tarde,
por el tiempo de arena roja.

Cae el tiempo entre tus manos rojas,
y la muerte roja, nos mira,
desde algún punto del cielo.
Pero nosotros, seguimos bailando.

Seguimos bailando 
y seguimos gritando
y seguimos explotando
como los granos rojos
de los campos rojos
de granados rojos.

Y nuestras bocas 
están rojas, de sangre desgranada.
y nos desangramos
con los pies abrasados,
pero seguimos bailando.
abrazados a los granados.

Seguimos bailando 
al son de una melodía roja
hasta que caiga la noche,
hasta que caiga la muerte sobre nosotros.

Suenan los tambores rojos
de piel humana.
nuestra piel,
la piel granada
y el sol cae, libre.

Nos quieren muertos.
Quieren que bailemos para ellos.
Antes de fusilarnos, cuando amanezca.

Pero nosotros, bailamos granadas.
bailamos sobre el ruido de sus bombas.
y aunque nos maten
seguiremos bailando 
y escupiendo
sobre sus tumbas.

Somos los tambores rojos
y los campos rojos
y las granadas rojas
y la libertad roja
y el amanecer rojo
y la fumata roja
y la cuneta roja
y la fosa roja

Somos el baile rojo,
la melodía roja,
cantada por nuestras bocas rojas.

Mañana: rojo.
y el siempre rojo
siempre siempre
granadas rojas.

viernes, 19 de junio de 2015

MIND THE GAP

Mind the gap!
Just
mind the gap!
And I ask:
which gap?
I mean,
there's a lot of gaps,
THIS IS A GAP,
WE'RE ALL GAPS.
Language is just a gruyère.
LANGUAGE GAP.

Just jump,
just take your step,
mind the gap,
but don't look at the railway,
don't even ask why is there a gap.
Just talk, talk, talk,
blahblahblah, dadada,

Why are you talking in english?
YOU STUPID SPANISH BOY.

YOU JUST TALK ABOUT BARCELONA. REAL MADRID. TOROS.

DON'T TALK ABOUT GAPS.

Habla en español, HABLA EN ESPAÑOL.

I don't want to talk in spanish,
because i'm talking about gaps.

You know, 'hueco', it sounds like the singer,
it doesn't sound serious.

I'm talking, just talking about Wittgenstein
and the limits of our language.
and the limits of our universe.

And I think, words are blind.
Dialogues are blind.
Monologues are blind.
Speakers are blind.
Blind the gap.

We talk about language
and we just see this bedrock.
"Roca madre", we say in spanish.
You can't destroy it.
You can't kill your mother.
Language is just like it is.

YOU/THEY DON'T EXIST.
There's not even a word for that.
LANGUAGE, BEDROCK,
MOTHER, NATURAL.

We're all gaps.
We're not in this stupid dictionary.
Chairs don't decide whether we exist or not .
We're not natural, but neither are you.

fuck wittgenstein,
and fuck the underground.

DISPARA AL CROMA.
Dispara al diccionario
y dispara a la biblia.
don't SHUT THE FUCK UP!
OPEN YOUR MOUTH
(here's another gap)
AND JUST TALK THE GAP
be the gap they don't want you to be
be the gruyère you want to be
be a kid and speak your own language

and just throw away their grammar books
and their dictionaries.

Mi lengua se mueve. Está viva.
Just translate this.

just, MIND THE GAP!
MIND US!




miércoles, 10 de junio de 2015

Por un plato de lentejas.

Nos miran,
tras sus gafas de sabio
(o de culo de vaso)
tras su estúpido velo
(que no corrieron)
y nos dicen
que no sabemos nada de la vida.

Cuando seas padre
comerás huevos,
cuando seas adulto,
entenderás que todo ese inconformismo
no sirve para nada,
así no vas a conseguir un trabajo,
así no vas a mantener a tu familia
el día de mañana.

Y esa ropa no combina,
me dice mi madre.
Y depílate esas piernas,
me dice mi madre.
Cómo vas a salir así a la calle.
Cómo.
Por la puerta, mamá.

Y mi profesora
me llama 'alma libre',
con tono sarcástico,
y  me dice que me acostumbre
a hacer las cosas como me piden.
Y se sube a la tarima,
porque todos se suben a la tarima,
y nos miran por encima del hombro.

Y se autodenominan expertos,
sí, expertos,
y exageran la equis,
para que te quede claro
que son expertos.
Y claro, como son expertos,
saben más que tú de todo,
ignorante, ingenuo, joven.
Y lo dicen con asco: joven.
Como un insulto.

Y en la tele,
en los escaños,
los putos escaños, nos llaman radicales,
grupos violentos itinerantes.

Y dicen que el mundo es como las lentejas,
o lo tomas o lo dejas.
Pero que si no lo tomamos
ya nos lo pondrán para la cena
o el desayuno.

O que si no nos gusta
cómo huele su mierda,
nos presentemos a las elecciones,
decía la condesa,
pero que no ensuciáramos la plaza
que vendían por fascículos a los turistas.
Los perroflautas estos,
ocupando la vía pública.
Y construyamos un manifestódromo,
para que protesten los jóvenes
a sus anchas.

Y todos nos llaman la generación perdida,
mientras nosotros hacemos las maletas.
Y nos tratan, como simples máquinas,
y hablan de los cerebros que se fugan,
y se entristecen.
Pero solo piensan en dinero.
Qué triste, vendiendo producción
a los putos alemanes.
Y nos roban el voto.

Y la voz.
Los cerebros que se queden,
calladitos y a trabajar en el McDonnalds.

Y mira los ninis, los lúmpenes,
los canis y las chonis
que son el cáncer de esta sociedad.

Y cómo están las hormonas.
Mírales, no hacen otra cosa que follar.

Y luego twittean que qué tristes
24/7 tras la pantalla, los hipsters.
Y qué pintas, qué pintas.

Y que los jóvenes son unos incultos,
y que ya no leen,
cuando llevan décadas sin abrir un libro.

Ahora,
ahora os digo yo:
Los jóvenes nunca seremos la generación perdida.

Y que no todos queremos comer huevos,
ni todos queremos formar una Familia,
con F mayúscula,
de las de madre, padre, dos hijos y el perro.
Y que no todos creemos en las urnas,
que creemos en esas plazas okupadas,
que son nuestras.

Y que algunos somos radicales, sí,
Radicales libres.

Y que okuparemos vuestra Familia,
vuestra Vía Pública, vuestro Sexo y vuestra Poesía,
vuestro Trabajo.
Y vuestra Experiencia.
Y atacaremos vuestro Árbol, por las raíces.

Valemos más que vuestro plato de lentejas.

domingo, 7 de junio de 2015

Flor del desierto (y al fondo los camellos)


Desierto.
Desierto, que atormenta,
que enarena,
el silencio.

Tormenta.
Eléctrica, ecléctica.
El aire está cargado
y eriza el lomo
de los camellos emigrantes
(¿de dónde migran?)

Los camellos son inmigrantes
de estas tierras.
No conocen
la tormenta de esta noche,
y se asustan
por el ululo del tren.

El tren, nocturno.
Tren de mercancías.
Atraviesa el desierto.
Transporta los ecos de la gran ciudad.
La señal de la radio
interfiere con el sueño
de los camellos inmigrantes.

¿Quién construyó las vías?

Los camellos no habitan el desierto.
Son nómadas,
como el tren, como la tormenta.
Como las ondas de radio,
viajeras.

Vivir en la gran ciudad,
vivir en el neón maldito,
Vivir en la gran ciudad
es vivir en el desierto.

Flor del desierto,
flor de alcantarilla,
caimán del silencio
chapotea en la mierda,
crece,
sedimenta,
enraiza,
el pavimento.

Extremófilos,
sedentarios del dolor.
Somos flores del desierto.
Belleza de desguace.
La melodía que tapa el ruido.

O quizás, seamos el ruido.

¿Quién plantó la flor?
¿Quién plantó el desierto?

O quizás, seamos camellos.
(Seamos camellos)

martes, 2 de junio de 2015

Reautodestrucción (Diario de un pseudoartista)

Son las doce de la noche. Las doce. De la noche. Sí, son las doce de la noche y ella está calzándose las botas negras hasta la rodilla, sobre unos leggins…

Yo aquí, ingenuo, un 29 de mayo de 2015, pensando que puedo escribir sobre la movida, sobre un tiempo que no he vivido, pensando que todo tiempo pasado fue mejor y muerte al capitalismo y fuck the patriarchy. Fuck los días que pasan confusamente y que me llenan de putas dudas, las putas dudas que me dan la vida y me la quitan, un catéter y una sonda, goteando, goteando y mi cuerpo penado de muerte. Joder. ¿Qué coño soy?

Me creo artista y escribo sobre artistas, una y otra vez, perdidos en la gran ciudad, haciendo sus vidas por el día, deshaciéndolas por las noches. Artistas frente al espejo, artistas rompiendo el espejo. Cada fragmento representa una visión, una imagen, una perspectiva. Un espejo roto nos refleja mejor, eso decía, y viva Picasso. Y viva Picasso y su puto espejo roto y sus rostros en varias perspectivas. Viva Picasso porque ha sabido retratarnos, por fin. Me miro en el puto espejo diciendo que la identidad es una hiperesfera a la que solo podemos representar en infinitas proyecciones.

Me miro, me miro en el espejo pensando que la imagen es una cárcel de la esencia. Me miro pensando que soy un filósofo. Me miro leyendo a Deleuze y Guattari hace unos minutos y me río de mí mismo. Y quiebro el espejo, porque claro, soy un artista. Y eso es lo que hacen los artistas. Destruirse para luego reconstruirse con otros materiales.

Pero en el fondo son los mismos. Los mismos materiales, las mismas estructuras, los mismos espejos. Tú, reflejado en espejos enfrentados. Proyectado infinitamente. Cada vez más verde y lejano, cada vez más pequeño, cada vez más imperceptible.

Te sientes abrumado. Te sientes abrumado por tu propio ego, por tu ego dañado por esa pequeñez del fondo del espejo. Qué pequeño eres en el fondo del espejo, joder. Y te sientes atrapado por el gigante, por la imagen nítida, por tu yo oficial, tu yo 24/7/toda la vida. Te sientes atrapado por tu propia imagen, tu propio cuerpo, tu propia tangibilidad, tu materia, tus putos quarks bailantes. El peso y la gravedad. Siempre es eso.

Me pongo freudiano y digo que tenemos un trauma. Tenemos un trauma de nacer. Tenemos un trauma de salir de la vagina y simplemente existir. ¡Qué a gusto se estaba en el líquido amniótico! Tenemos un trauma y buscamos esa puta vagina de nuevo. Viva la vagina.

Tonterías de pseudoartista, ya ves. Pseudofilósofo, pseudocientífico, pseudopersona. Soy un pseudohumano megalómano onanista. Soy un homúnculo embriónico. Soy un gilipollas en busca de palabras opulentas y pretenciosas.

Y rompo el espejo. Rompo el espejo con la frente. Una y otra vez.

El espejo se diluye, pero yo estoy otra vez en esa cola, o quizás sentado en el horizonte, o en una red. Estoy caminando por la gran ciudad y me siento pseudomédico y me autodiagnostico síndrome de Stendhal. Viva la belleza. A veces hay tanta belleza en el mundo que creo que no lo aguanto y que mi corazón se derrumba. Ja. Y una bolsa bailando con el aire, cargado de electricidad, qué bonita ella.

Qué bonito el mundo, qué bonito yo, qué bonito el conocimiento. Muero de intoxicación de belleza y otras causas desconocidas. Muero y rompo el espejo y mato al artista y mato la conciencia en mí. Y ahora camino por la calle, lobotomizado, y no pienso nada y aplaudo, aplaudo a todo. Aplaudo a los escaparates y a las pantallas y a las luces y al líder, el líder. Viva el líder. Y dichoso el árbol que es apenas sensitivo. Viva el árbol.

La autodestrucción, ¿es eso lo que queda? Autoperfeccionamiento es masturbación, pero la autodestrucción… Dichosa autodestrucción. Quebrar el espejo y dejarme en fragmentos, dejarme diluir y no seguir en la cola, ni en ningún sitio. Prohibido reconstruir. Bombardear la ciudad. Y que suene una canción de fondo, esa de los Pixies, porque los requiem son demasiado fúnebres.

Mueran, uno por uno: Picasso, la vagina, la belleza, el líder, el árbol. Muera cada una de las palabras de este texto. No lloréis por mí, yo ya estoy muerto.

viernes, 29 de mayo de 2015

Hormigas

Respuesta a Belleza

Hormigas.

La ciudad ha cambiado desde la última vez que la visité. Se ha transformado, paulatinamente, mientras no miraba. Se ha transformado el paisaje, las calles, pero sobre todo, sus habitantes: las hormigas.

Aquellas hormigas, sin nombre, que atraviesan el laberinto urbano, que nadan en las alcantarillas y en las boinas de humo. Se reproducen, se multiplican, crean, destruyen, entrelazan. No tengo ni idea de cuándo nacieron. Quizás no lo hicieron. El concepto hormiga es eterno, más, aún, trasciende la eternidad. La hormiguez estaba ahí antes de que estuvieran las hormigas.

¿Qué es la hormiguez? La hormiguez es la cualidad de ser hormiga dentro de una red de hormigas. La hormiguez, es la red misma, esa red que se extiende sobre las azoteas o los horizontes. La hormiguez es la vista aérea de la ciudad.


Ella es una hormiga. Ella se levanta cada día y se mira al espejo para cerciorarse de que su hormiguez sigue ahí. A veces se le olvida, o trata de olvidarlo. A veces, no se siente hormiga. A veces, simplemente, se siente desidia.

Ella se maquilla e intenta ocultar que hace meses que es otra cosa. Que su piel está mutando en piel de sapo, o de gallina o yo qué sé.

Ella es una outsider. Vive en una frontera, pero nunca supo de qué. ¿Qué hay al otro lado? La ciudad, bombea a cada instante y en cada pulso se expande impredecible.

Ella, sentada en un horizonte con un espejito en la mano, esperando a cada latido, observando cómo su rostro se transforma.

Ella va al supermercado y compra comida de hormiga, la que tenga menos calorías. Le dice ‘hola’ a la cajera y se maquilla.

Ella fue artista. Lo fue. Ella expuso en las más famosas galerías. Sí, esa que está al lado del río. La del nombre impronunciable. Esa. Ahí estaban sus cuadros.

Allí. En una esquina, en un cuadrante, un píxel de la red, poro de piel de hormiga (¿acaso las hormigas tienen poros?). Allí estaban. Algunas hormigas los observaron. Después, siguieron con sus vidas.

Ella lo mira y se maquilla. Es suyo. Y sin embargo, qué indiferencia le produce. Quizás sea este proceso de deshormiguización. Qué colores tan tristes. Qué rostros tan vacíos. Qué ruido de fondo de excavadoras en ese cuadro. Y cómo pesa el bolso.

Ella saca el espejo. La piel cetrina, la piel cetrina. Se acerca al lienzo, aquel autorretrato, y lo maquilla. Pero ahí sigue. Ella esperando en la cola del supermercado. Ella diciéndole “hola” a la dependienta. Ella y su cara de indiferencia. Cómo le pesa la cara.

Ella, rajando el lienzo con sus garras y arrojando los restos al váter. Mira a la superficie elíptica de agua, cuando por fin se calma. Después, se tumba en ella. Hace el muerto y se queda mirando el techo de neón.

Esta es la posición inversa a la hormiguez. Es como una posición fetal, que permite observar la red desde su exterior. Tumbarse en el agua del váter y dejar pasar las horas, las hormigas.

Un espejito se diluye, pero ella está otra vez en esa cola, o quizás sentada en el horizonte, o en una red.

Y ella, en la azotea. Las hormigas hormiguean por su pierna. Las hormigas hormiguean por mi mente. Hace sol. Hace neón en el baño de la galería de nombre impronunciable. Hace horizonte en la frontera de la hormiguez.

Ella se mira al espejo y dice ‘hola’ a la cajera. La cajera le contesta y el flujo de hormigas continúa.

domingo, 17 de mayo de 2015

Grito invisible

Siempre me gustó lo invisible.
Las cosas, que, aunque no tenían nombre,
estaban ahí.
Cometí algunos errores,
nombrando algunas de ellas,
pero siempre estuve ahí,
en la frontera,
orbitando.
Y simplemente, caí
me rendí a la atracción extraña.
A la nada. Invisible.

¡Qué aburridas eran las cosas nombradas!
Qué aburrido era aquel mundo mecanicista,
algorítmico, computable, cognoscible.
El lenguaje, nos pesaba el lenguaje.
Nos pesaba tener que ser palabras.
Nos pesaba tener que ser categorías.
Queríamos liberarnos, por fin, del peso.
Y ellos, no nos querían.
No, la burocracia no nos quería,
los diccionarios no nos querían,
la ciencia no nos quería,
la alta política no nos quería,
la alta costura no nos quería,
la religión no nos quería,
la autoridad no nos quería,
el amor no nos quería.
No nos querían.
Así que, como nosotros,
aún nos queríamos (un poco),
a la fuerza o a voluntad propia,
nos volvimos invisibles.

Quizás seamos invisibles, sí.
Y quizás, desde las sombras,
podamos subvertir las cosas,
podamos romper los esquemas
y las palabras.
Que se mueran las palabras.

Quizás, desde esta esquina,
desde este fin del mundo
al que nos abocaron
podamos ser el principio: la luz.
La luz ultraviolenta
que atraviese, que desintegre la materia,
todo lo que tenía nombre,
todo lo aceptado
por los primeros hombres.
Todo.
Y (después) nada.

Invisibles, sí.
Poderosos, también.


miércoles, 13 de mayo de 2015

Nopoemadenoamor.

Que sepas,
que estoy cansado
de los poemas de amor.
No te lo tomes a mal, 
si eres un poetadeamor.

Estoy cansado, 
sí, cansado de vosotros,
los cazamusas.
Los que habláis de los olores
que dejaron impregnados
en vuestras camas,
ellas.

Ellas, las sinnombre.
Están ahí, vagando por el mundo.
¿Quién eran antes de conocerte?
Quizás, vivían
en el limbo de los nadies.
Y por azar,
cayeron de él
y terminaron en tu cama.
Y las follaste. Y las amaste.
Y las escribriste. Y las escribes.
Su vida se reduce 
a que llegue un hombre y las escriba.
Y las escriba. Y las atrape.

Sí, te follaron, quizás te quisieron,
pero no, no son nada tuyo.
No son tus musas,
ni son carnedepoesía,
No,
no son farmaciadeguardia,
24/7/365. No.
Son, lo que son.
Y eso, eso no cabe en un poema,
ni en cien.

Sí, estoy cansado de los poetasdeamor.

Por eso:
Esto no es un poema.
Esto no es amor.
Esto noesunpoemadeamor.
Esto, es solo, el ego
de un gilipollasdelnoamor.



Cansaos de mí.



Postdata: Yo también puedo ser
vuestro muso.

viernes, 24 de abril de 2015

La caza de la rara avis

Éramos más extraños que el paraíso,
o eso creíamos.

Lo pienso, lo pienso y no me acuerdo
de cuánto tiempo duró la caza
de la rara avis.

Una tarde.
Estaba volando sobre líneas discontinuas.
El ave, una pluma, que se posa,
en la catenaria,
en una línea (de alta tensión).
Circuito abierto.
Una cigüeña, negra, que anida
en un pararrayos.
Ibis, flamencos, cisnes,
cruzando un paso de cebra.
Corrimos, migramos, huimos,
nos lanzamos a una carretera,
a los trenes sin parada,
nos aproximamos al borde del andén,
cruzamos las vías.
Regurgitamos las migas
con las que nos alimentaron
los viejos de los parques.

¿Y ahora qué?
Cazamos la rara avis.
Nos la comimos.
Y ahora vuelve el hambre.
Nos despiertan las gallinas
por las mañanas,
picotean nuestras camas,
nuestras legañas.
Y abarrotan las calles,
y abaratan los silencios
y las soledades.
¿Quiénes somos?

Corremos, migramos, huimos.
El paraíso es más extraño
que nosotros.

martes, 7 de abril de 2015

Crepúsculo civil.

Las luces de la ciudad
se encienden.
Columnas de humo,
naranjas,
ascienden
sobre los altos hornos.
Altos.
Cerca, una carretera.
Línea discontinua y asfalto.
Música en un coche.
Uñas pintadas, rojas,
contra el vidrio.
Túneles bajo el monte.
Fronteras.
Y en las aceras, los peatones
se paran.
Y disparan.
Contra las nubes.
Siembran y arrancan: nubes.
Los transeúntes desfilan,
perdidos en una trinchera.
No hay horizonte.
Solo un cielo escalado.
¿Hacia dónde marchar,
en el crepúsculo,
si el acero lo esconde?
Transhumancia bajo infinitos soles.
Nómadas en los vehículos.
Tome la segunda salida en la rotonda.
Gire a la derecha a 200 metros.
Ha llegado a su destino.
Aquí estamos.
Tomando el sol bajo una farola.
Frío de LED.
Y mientras, cerca de un peñón
los pescadores al acecho
del último pez, del último rayo.
Las aves marchan hacia el horizonte
que huyó de este párking.
Crepúsculo civil, tan frío.
Se enciende otra farola, lejos.
Un mechero que no quema.
Un cigarro que humea.
Y la noche que cae sobre la capota.
Y la luna: nueva.



miércoles, 1 de abril de 2015

CROMA

Croma.                                                                                        Ella se pinta los labios, frente al espejo.
Verde.                                                                                         Rojos, al fondo el croma.
Vacío.                                                                                         Guapa. 
Un píxel, aislado.                                                                         Ella se deshace la coleta.
Un cuerpo se construye.                                                             Callada.
Cubo a cubo.                                                                               Ella se quita el vestido.
Poro a poro.                                                                                 Desnuda.
Dios construye al hombre.                                                           Ella mira a cámara. Y tiembla.
A su imagen y semejanza.                                                          Frágil. 
El hombre, ante el croma.                                                             Sola, ante el croma. Siempre.        
Desnudo, mira a cámara.                                                              Hija.                                                           
El hombre se viste.                                                                       Ella se deshace, se desvanece.
Se sube los pantalones.                                                                Incompleta. 
Se aprieta el cinturón.                                                                    A cada segundo. 
Botón a botón de la camisa.                                                           Capa a capa, la piel muerta.    
Se calza los mocasines.                                                                Más. Más desnuda.                                                                          Se ajusta la corbata.                                                                      Más. Más nada. 
La(s) obra(s) ha(n) terminado.                                                         Invisible.
Se encienden las luces.                                                                 Silencio, siempre. Verde.
                                                          Disparo al croma.


viernes, 20 de marzo de 2015

Biografía de un mesías.

"Poder de la disciplina. Poder de la comunidad. Poder de la acción"
La Ola. Ignacio García May.
"Fuerza a través de la unidad. Unidad a través de la fe"
V de Vendetta.
"La guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza"
1984, George Orwell.

Poder. Disciplina. Comunidad. Acción, Fuerza. Unidad. Fe. Guerra. Libertad. Ignorancia.

"Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros"
Rebelión en la granja, George Orwell. 

Igualdad.

Fascismo. Manipulación. Miedo.
Cainismo. Odio. Homogeneidad.
Desconocimiento. Verticalidad. Castigo.
Violencia. Represión. Fundamentalismo.
Líder. Doble moral. Racismo.
Nacionalismo. Frontera. Deshumanización.
Enemigo. Silencio. Populismo.
Miedo. Mesianismo. Un mundo mejor.
Olvido. Deformación. Eslogan.
Símbolo. Silencio. Muerte.
Jerarquía. Miedo. Unidad.

Nacimiento

Ha nacido un mesías. Ha nacido, en tu cuerpo, un grito, un extraño, un feto que se expande en todos tus órganos. Ha nacido un bulbo metastásico, que ya te enturbia los ojos y te los inyecta en sangre estanca. Ha nacido, en tu cuerpo, un brote de odio, un brote que satisface el hambre. Un brote de virilidad, un orgasmo. Tu cuerpo, satisfecho, por este alien que le alimenta, que le da poder. Ha nacido el poder. Ha nacido el poder y te libera. Te libera, te alza, te diferencia y a la vez te une. 

Ascenso

Y ya los cuerpos alzan sus brazos, sus alas, y ya alzamos los brazos, nuestras alas. Y ya saludamos al Sol de un nuevo día, al Sol que ilumina un mundo mejor. ¡Mira al pueblo alzando sus cuerpos, que se entrelazan, hacia el cielo! ¡Es casi uno, un solo cuerpo que se eleva! ¡Ha nacido un mesías! ¡Hemos renacido en el cuerpo de El Mesías! La unidad, la cooperación nos han conducido, por fin, a la simbiogénesis, al fin de la Historia. ¡Ha nacido el nuevo mundo! 

Caída

Siento al Mesías alejándose de mi cuerpo, abandonándome. Siento mi cuerpo, lo siento mío, quedándose atrás en el vuelo.  No puedo mirar a mis lados, ni al suelo.  El Mesías sigue elevándose y me obliga a mirar a él, a mantener alta la barbilla. Siento el aire erosionando, quemando mi piel, los oídos comprimidos, estallando a cada instante. Siento la caída inminente, mi cuerpo fracturándose, quebrándose, rompiéndose en mil esquirlas del golpe. Tengo miedo. Miedo de caer. Veo otros cuerpos alzándose sobre mí y el Mesías cada vez más lejos. Y entonces, simplemente, caigo. Caigo e intento gritar, pero el viento me acalla. Intento agarrarme a sus cuerpos, pero ellos se muestran impasibles o se zafan de mi brazo violentamente para seguir ascendiendo. Caigo, inevitablemente. Me dejo caer. 

Aterrizo sobre el campo de cuerpos, que se extiende inmensurable en todas direcciones. Algunos ya se descomponen en un mar de moscas. Llevan aquí tanto tiempo. Nunca ascendieron. Murieron enfermos del Mesías. Nos aupamos en sus hombros para alzarse al vuelo. Y allí quedaron. Olvidados. Muertos.

 Ahora siento el hambre. Ahora siento el vacío. Ahora siento el dolor. Ahora siento la náusea. Me acurruco en esta pila de cadáveres, esperando la caída.

Fecundación

Hemos fecundado, en nuestras probetas, en nuestras cadenas de montaje, al mesías. Hemos concebido, en nuestras camas, al mesías. Hemos diseñado cada pieza y les hemos dado nombre.  El mesías no es un producto del azar. El mesías es la realización de la utopía. El mesías es la voluntad extrema de poder, de superioridad, de fuerza, de control. El mesías nació en nuestros cuerpos, fruto de esa voluntad. Le ofrecimos nuestro cuerpo. Lo hospedamos. Lo alimentamos. Lo dejamos crecer.

Ahora, debemos destruir a nuestro mesías. Debemos destruir nuestro poder. Debemos destruir al Mesias. Debemos destruir el Poder.




domingo, 15 de marzo de 2015

Postal insulsa de domingo

Café descafeinado con leche desnatada.
Un tinto de invierno
y su rodaja de limón hibernada,
azúcar glass como granizo.
Una gota roja sobre el mantel,
seca, como una costra.
La plaqueta silenciosa entre la tela.
Atardecer desteñido,
centrifugado en la quietud.
Café descafeinado, frío.
Y una luz difuminada de avión.
Esta es una vida de domingo.
El tedio de una postal de invierno
que se prolonga y emponzoña
un recuerdo.
Café descafeinado sobre la mesa
y un libro caduco de palabras.
Un filete crudo en el plato
el moho lo ha conquistado.
Una comida interrumpida,
una sobremesa muy larga,
una digestión que no llega.
Un trozo de escarcha
se ha trabado en la garganta.
Imagen para un bodegón:
Un frutero.
Plátano podrido.
Fruta olvidada.
Macedonia descompuesta.
Y un donut rosa, brillante,
quizás de plástico.
Fondo marrón, lejano.
Lo perenne: lo sintético.
La naturaleza que muere
aunque el tiempo se ha parado.
Está muerta.
La uva.
El limón.
La sangre.
La vaca.
El plátano.
La tarde.
El tiempo.
Yo.
Postal insulsa de domingo.
Página necrológica de periódico.
Café descafeinado.
Mancha de vino.
Tarde de domingo.
Vida.


sábado, 21 de febrero de 2015

Introduzca aquí su ID

¿Quién soy yo más allá de mi masculinidad, de mi nombre, de mis etiquetas? Mi identidad se me escapa. Quizás esto diga algo de ella o no. No sé quién soy. Y eso es lo interesante, lo adictivo de vivir. Saber quién soy, saber quién es el mundo. Y por qué soy, por qué es, por qué somos y por qué soy así, por qué es así, por qué somos así. ¿Quién soy? De nuevo. ¿Somos algo? ¿Existimos como ente más allá del reconocimiento propio de los demás? Recuerdo el árbol cayendo en medio del bosque y pienso, ¿no seremos como ese árbol? ¿Alguien escuchará nuestra caída, nuestro paso por el mundo? ¿Qué produce la caída? ¿Qué produce el árbol? Solo llego a la conclusión de que se me escapa. Y eso es lo grande, se nos escapa todo. ¡Esta ilusión de conocimiento, esta megalomanía occidental! No sabemos lo que somos. Y no lo sabremos. No somos nada. Somos todo. No somos. Somos. ¿Qué? Versos en una caja (indefinida). (Indefinidos nosotros) (Introduzca aquí su ID) ¡Qué ingenuos! Pensamos que un número o un conjunto de letras nos identifican. (INTRODUZCA AQUÍ SU IGNORANCIA) (INTRODUZCA MONEDA PARA SEGUIR JUGANDO VIVIENDO) INTRODUZCA PALABRAS ALEATORIAS EN UN CUADERNO Y PIENSE QUE ES ARTE. DADÁ. ESCRITURA AUTOMÁTICA. Vivo en la ilusión de que esto tiene importancia. (INTRODUZCA SU EGO AQUÍ, POR FAVOR) (SU EGOCENTRISMO AL CONTENEDOR VERDE) (SU PERSPECTIVA ES TAN PRIVILEGIADA COMO CUALQUIER OTRA) Luego publicaré esto en algún lugar de la web, pensando que alguien lo leerá y le importará. (INTRODUZCA SUS PALABRAS EN SU RECTO. DÉJELAS AL LADO DE LA PRÓSTATA)
Ay, esta ilusión del yo. (INTRODUZCA. INTRODUZCA. INTRODUZCA)
Esto ya no tiene sentido. Nunca lo tuvo.
(SE CIERRA EL TELÓN. INTRODUZCA SU ALMA PARA VER LA SIGUIENTE REPRESENTACIÓN)
Me cansé de escribir y dejé el bolígrado en la mesa.

lunes, 9 de febrero de 2015

Multiverso

Este es un verso refractado,
difractado por tu mente,
colimado
por tus sienes irisadas,
que gotea
sobre el suelo enlosado
de silencio azul.
Este es un verso polarizado
en tu pantalla,
en tus párpados semiabiertos,
un verso translúcido,
un verso blanco sobre fondo negro,
un surco de nieve en el abono,
un verso lineal, una vía
directa, ¿directa a dónde?
Un verso, un punto desde el cielo,
un horizonte etéreo,
un comienzo de algo, ¿de qué?
Este es un verso degenerado,
un verso trastornado,
un verso que es verso y no,
que es onda y partícula,
que está vivo y muerto.
Que se extingue en tus labios,
pero resuena en esa voz,
la voz incógnita que habla
cuando piensas, cuando callas.
Un verso que está aquí
y allí, que habla en el vidrio
y en la materia gris.
¿Dónde está el verso?
Este es un verso deslocalizado,
un verso que es orgasmo
en la piel, que es el cuerpo,
un verso sin nombre
ni hogar.
Este es un verso destruido,
un verso desintegrado,
un verso construido
sobre el vacío.
Un verso sin palabra,
un verso silencioso,
sin punto
verso, verso, verso...
Somos los versos
que atravesaron la rendija
(de la existencia)
Somos los versos
encerrados en una caja
(indefinida)
Somos los versos
en esta habitación
(apagada)

domingo, 25 de enero de 2015

El fotógrafo y el decorado.

Me basta con mirar una de sus fotos para volver a encontrar la cualidad que poseía en su arte y en la vida, tan preciosa pero tan difícil de adquirir: guardar silencio (...) Una fotografía puede expresar el silencio, ¿pero las palabras? Eso era, precisamente lo que, en su opinión, habría sido interesante: lograr crear el silencio con las palabras.

Jansen pensaba que el fotógrafo no es nada, que debe fundirse en el decorado y hacerse invisible para trabajar mejor y captar la luz natural. Ya ni siquiera se oía el clic de la Rolleiflex. Le habría gustado disimular su máquina. Según él, la muerte de su amigo Capa, se explicaba, precisamente, por esa voluntad, o ese vértigo, de fundirse, de una vez por todas, en el decorado. 

Perro de primavera, Patrick Modiano.

¿Puede el fotógrafo fundirse con el decorado? ¿No es su visión, su perspectiva, el espacio-tiempo donde coloca la cámara, un prisma único e intrasferible, imperfecto, erosionado y sedimentado por la experiencia y el pensamiento, por el paso del tiempo sobre el cuerpo? El autor es su visión. El escritor es combinación de todos sus personajes, paisajes, situaciones y palabras. El fotógrafo es la máquina, es el ojo, es la sucesión de instantes, de clics, de lugares y personas inmortalizadas. ¿Son las personas de las fotos las mismas que las de carne y hueso? Estos retratos tienen más del autor que del retratado. Incluso en los silencios del fotógrafo, en los espacios en blanco del pintor, en los calderones del músico o los puntos suspensivos del escritor, se filtra su individualidad. Al observar una foto, nuestra mente la asocia a la mirada del fotógrafo, como asociamos las palabras o las pinceladas a la mano del autor. Podemos diluirnos con nuestra obra, con nuestros sentidos, pero nunca podremos hacernos invisibles, fundirnos con la realidad.  Estamos condenados a vivir en nuestro propio sistema de referencia, vetados del noúmeno, de la realidad última. ¿Pero por qué no soñar con fundirse con el decorado, con captar la luz natural? Quizás, al fin y al cabo, esa dilución no sea más que la muerte. Por fin, por fin, el silencio blanco. El ruido del mar en una caracola. La luz natural por fin se propaga sin obstáculos, sin prismas que la deformen.