Las manchas de sangre
se van con sal y agua fría.
Lo han dicho en la tele,
en el canal de economía:
Capital rosado,
espumoso como vino,
el vino va al alza en la bolsa,
de moda el enoturismo.
Caten y escupan, queridos,
Háganlo con estilo.
Atentos al mercado,
que ya se alza otro producto.
El crudo también escala
por la senda del embudo
gasolina irisada
en charcos de sangre sucios.
Qué más da la sangre,
dan igual los ríos tintos,
banderas en los bares
y nosotros en los anuncios.
Qué abierto y tolerante.
qué ambiente tan puro.
Anestesia general
garantía del olvido.
Capital rosado,
bandera dada,
petróleo, mercado, anuncio.
Detergente,
mueble sueco,
algodón, denim, lino.
Sonrisa plástica,
jarrón chino,
martillo, martillo, martillo.
viernes, 14 de octubre de 2016
lunes, 15 de agosto de 2016
Sur-Oriente-Sur
Oriente arde blanca en la tarde
y abre bocas para nosotros
que dicen:
Próxima paragem: Saldanha. Ha correspondencia con la linha amarela.
Cuatro líneas paralelas
que se cortan.
cuatro trazos
tres colores primarios
más uno.
Y una tarjeta anónima.
Lisboa era una cuesta.
Lisboa era un ventanal
un cuadrado de luz
bajo el que una paloma
se intentaba arrancar una miga
con el pico
y batiendo las alas.
Lisboa era luz en última instancia
y entonces fue la vuelta al túnel.
Estación sur de autobuses.
El cucú del metro me reconforta
y me acomodo
en su estructura de enjambre.
La imagen impresa en la tarjeta me saluda.
Una voz hermana me recuerda:
Próxima parada: Sainz de Baranda. Correspondencia con línea 9.
Y en la calle
una paloma, otra, alza un poco el vuelo y pasa cerca de mí.
Madrid era una fiesta
que ya había acabado.
Amanece.
Bienvenido a casa.
y abre bocas para nosotros
que dicen:
Próxima paragem: Saldanha. Ha correspondencia con la linha amarela.
Cuatro líneas paralelas
que se cortan.
cuatro trazos
tres colores primarios
más uno.
Y una tarjeta anónima.
Lisboa era una cuesta.
Lisboa era un ventanal
un cuadrado de luz
bajo el que una paloma
se intentaba arrancar una miga
con el pico
y batiendo las alas.
Lisboa era luz en última instancia
y entonces fue la vuelta al túnel.
Estación sur de autobuses.
El cucú del metro me reconforta
y me acomodo
en su estructura de enjambre.
La imagen impresa en la tarjeta me saluda.
Una voz hermana me recuerda:
Próxima parada: Sainz de Baranda. Correspondencia con línea 9.
Y en la calle
una paloma, otra, alza un poco el vuelo y pasa cerca de mí.
Madrid era una fiesta
que ya había acabado.
Amanece.
Bienvenido a casa.
sábado, 11 de junio de 2016
Carcajada
Ya es junio
y un jugo añejo
jarabe de jalea
de abeja
nos moja el pescuezo
y en la enjundia
de tus conjuntos
disjuntos
se impregna
un conjuro
que torna
granada
de magnífica
magnolia
ígnea
te sube hasta las cejas
de ojiva
encereza
las mejillas
que son rojas
y los
efluvios,
genios de lámpara
y botellas de gélida
ginebra
nos arrojan
a
calles
y callejas
ajetreadas
trajeadas
de luces
que enajenan
nuestros ejes
sobre los que giran
las juntas
y enjinetados
descerrajan
a bocajarro
los paisajes
de viejas glorias
a jóvenes promesas
agujereados
los huesos ya crujen
y festejan
nuestros tejidos
un último baile:
el jeque grita
jaque mate,
pero
mañana jalearán
esta gesta.
El sol ya bosqueja
la parrilla de luz
por la verja
y los pájaros
gorjean
forjando
la jornada
en tus ojeras
juegan
con tu reloj
ilógico
ejecutando
la juerga
y
me jujurras
una julce
carcajada
que
emerge
de mil
muelas del juicio
como
manjar
en bandeja
de jade
en vajilla
de Cartuja
que me
deja de mil lajas
milhojas
y de tu rígida jaula
rajas las rejas rojas
ruge la lija en las orejas
y huye
por el viento
a horcajadas
de la hoja salvaje
bajo
un cielo de tejas
que nos cobija.
Jamás.
Y si conjunto alguna letruja
exijo que se me corrija
y se me acuse de hereje
que yo quiero ser
una jran joeta.
Ojalá.
viernes, 3 de junio de 2016
Ciclos 24,25
Nos dirigimos hacia un mínimo solar, dicen en las noticias,
y yo miro por la ventana:
veinticuatro.
He ahí el sol, inmaculado,
perfecto, calmado,
en letargo,
un mar de plasma domesticado
y aquí: una pequeña edad de hielo,
yo: sumido en ritmos circadianos
alterados
los canales se congelan en Venecia
y en Ámsterdam
y crecen glaciares en la montaña
que supuran tímida belleza
de círculo polar
pero yo estoy
hundido en la cama
rezando para que llegue una tormenta, para que la aurora de mañana
sea boreal
o austral
y no una simple
salida del sol (te odio),
un banal crepúsculo
de pálidos, desgastados colores
que ya me aprendí.
aquí: el rocío se vuelve
estaca de cristal
microbala de plata
directa al corazón
a través de cada poro
norte a sur y vuelta.
Me han inoculado luz de neón
para engañarme como a las gallinas
y ya no sé cuándo es de día
y cuando de noche,
porque astro rey
abúlico
sigue la ley de mínima acción.
yo:
Pido una eyección
(letal)
sobre la superficie
de mi piel
que sean cuarenta lenguas de fuego
que rompan el letargo
de bella durmiente
y que los científicos no se expliquen
que
con la elegancia del fénix
con la piel de vaca,
como hijo de la ceniza
comience el ciclo 25.
y yo miro por la ventana:
veinticuatro.
He ahí el sol, inmaculado,
perfecto, calmado,
en letargo,
un mar de plasma domesticado
y aquí: una pequeña edad de hielo,
yo: sumido en ritmos circadianos
alterados
los canales se congelan en Venecia
y en Ámsterdam
y crecen glaciares en la montaña
que supuran tímida belleza
de círculo polar
pero yo estoy
hundido en la cama
rezando para que llegue una tormenta, para que la aurora de mañana
sea boreal
o austral
y no una simple
salida del sol (te odio),
un banal crepúsculo
de pálidos, desgastados colores
que ya me aprendí.
aquí: el rocío se vuelve
estaca de cristal
microbala de plata
directa al corazón
a través de cada poro
norte a sur y vuelta.
Me han inoculado luz de neón
para engañarme como a las gallinas
y ya no sé cuándo es de día
y cuando de noche,
porque astro rey
abúlico
sigue la ley de mínima acción.
yo:
Pido una eyección
(letal)
sobre la superficie
de mi piel
que sean cuarenta lenguas de fuego
que rompan el letargo
de bella durmiente
y que los científicos no se expliquen
que
con la elegancia del fénix
con la piel de vaca,
como hijo de la ceniza
comience el ciclo 25.
viernes, 13 de mayo de 2016
Penélope
A Penélope
siempre
le dijeron
lo guapa que era
y que se sintiera
afortunada
por gustar a los hombres
y ella
piensa
que está maldita
y solo quiere
que la dejen en paz,
con su copa en la mano
y su boca más que pendiente
de decir "No, gracias".
Ya terminaron los tiempos
de complacerles
para que después se fueran
y de comerse entre ellas
para acabar con el menos malo.
Ya no atiende a sus razones,
a sus intentos de impresionarla,
bebe un sorbo de su copa y les dice:
"Lo siento, tengo novio"
y entonces es como un clic,
solo entonces respetan
que no quiera nada con ellos
y se van con el autoestima intacta.
Y ella puede seguir bebiendo
de su copa
hasta el próximo número.
Pero
a veces
trabaja de noche
y vuelve casi al alba
caminando
y siente pares de ojos,
a veces impares,
clavados en su nuca,
pero no sabe
dónde se esconden,
abre el bolso,
en una mano las llaves,
una sobresaliendo
entre sus nudillos,
y los músculos tensos
de adrenalina,
en la otra el móvil,
se lo lleva a la oreja
y finge que habla
con su novio,
ya estoy llegando,
cariño,
ya estoy llegando,
mi amor.
A veces,
toma el camino más largo
por la calle más luminosa
y con más gente
y se coge del brazo
de cualquier desconocida
al mirarse cómplices,
hasta que se separan
y no se vuelven a ver.
Y por fin, en algún momento,
llega a su portal
Penélope
suspira
y piensa en el día
en el que
no tenga
que inventarse
cuentos
sobre su novio,
mete la llave en la cerradura
le da tres vueltas
que suenan como tres
cañones
y tras un crujido
de bienvenida
la puerta se abre
y solo entonces
respira,
deja las llaves en la bandeja,
se quita la ropa
y la va dejando
como un reguero
como migas de pan
para encontrar el camino de vuelta,
se deshace la coleta,
levanta las mantas
y sigilosamente
se cuela bajo ellas,
le da un beso
a Olivia
y por fin
cierra los ojos:
otro día.
siempre
le dijeron
lo guapa que era
y que se sintiera
afortunada
por gustar a los hombres
y ella
piensa
que está maldita
y solo quiere
que la dejen en paz,
con su copa en la mano
y su boca más que pendiente
de decir "No, gracias".
Ya terminaron los tiempos
de complacerles
para que después se fueran
y de comerse entre ellas
para acabar con el menos malo.
Ya no atiende a sus razones,
a sus intentos de impresionarla,
bebe un sorbo de su copa y les dice:
"Lo siento, tengo novio"
y entonces es como un clic,
solo entonces respetan
que no quiera nada con ellos
y se van con el autoestima intacta.
Y ella puede seguir bebiendo
de su copa
hasta el próximo número.
Pero
a veces
trabaja de noche
y vuelve casi al alba
caminando
y siente pares de ojos,
a veces impares,
clavados en su nuca,
pero no sabe
dónde se esconden,
abre el bolso,
en una mano las llaves,
una sobresaliendo
entre sus nudillos,
y los músculos tensos
de adrenalina,
en la otra el móvil,
se lo lleva a la oreja
y finge que habla
con su novio,
ya estoy llegando,
cariño,
ya estoy llegando,
mi amor.
A veces,
toma el camino más largo
por la calle más luminosa
y con más gente
y se coge del brazo
de cualquier desconocida
al mirarse cómplices,
hasta que se separan
y no se vuelven a ver.
Y por fin, en algún momento,
llega a su portal
Penélope
suspira
y piensa en el día
en el que
no tenga
que inventarse
cuentos
sobre su novio,
mete la llave en la cerradura
le da tres vueltas
que suenan como tres
cañones
y tras un crujido
de bienvenida
la puerta se abre
y solo entonces
respira,
deja las llaves en la bandeja,
se quita la ropa
y la va dejando
como un reguero
como migas de pan
para encontrar el camino de vuelta,
se deshace la coleta,
levanta las mantas
y sigilosamente
se cuela bajo ellas,
le da un beso
a Olivia
y por fin
cierra los ojos:
otro día.
lunes, 25 de abril de 2016
Catedrales, rascacielos y una torre de tronas
En el techo: pan de oro.
En el suelo: pan negro.
Sobre la nevera: una copa
a medias de champán
Sangre: salpicada en los azulejos
Construisteis
altas catedrales para alcanzar a Dios
rascacielos como ofrenda a San Pedro
y les dijisteis
que tenían que subir
por escaleras de caracol
invisibles
e inciertas
que tenían que ascender
porque el suelo es vulgar
aunque lo desinfecte con lejía
la que siempre está de rodillas
no podéis ser como ella
no queráis ser como ella
tenéis que pintar
la capilla Sixtina
y saber muchas cosas
aunque no sirvan para nada
aunque solo sean detritos
acumulándose,
degradándose
en las esquinas de vuestro cerebro
y tenéis que ganar dinero
porque ser pobre es un pecado
tenéis que ganar dinero
para poder
ganar más dinero
para que no os quepa en los bolsillos
para que no os quepa en la
boca
que os podáis lavar los dientes
con pasta
sobre una torre
de tronas
absurdamente
estable
(por ahora)
Porque tanto que subisteis
para al final acabar todos
en la tierra
mordiendo el polvo
basura biodegradable
como somos
yo prefiero
comer en el suelo
y con las manos
el pan de oro me indigesta
y tengo miedo a las alturas.
En el suelo: pan negro.
Sobre la nevera: una copa
a medias de champán
Sangre: salpicada en los azulejos
Construisteis
altas catedrales para alcanzar a Dios
rascacielos como ofrenda a San Pedro
y les dijisteis
que tenían que subir
por escaleras de caracol
invisibles
e inciertas
que tenían que ascender
porque el suelo es vulgar
aunque lo desinfecte con lejía
la que siempre está de rodillas
no podéis ser como ella
no queráis ser como ella
tenéis que pintar
la capilla Sixtina
y saber muchas cosas
aunque no sirvan para nada
aunque solo sean detritos
acumulándose,
degradándose
en las esquinas de vuestro cerebro
y tenéis que ganar dinero
porque ser pobre es un pecado
tenéis que ganar dinero
para poder
ganar más dinero
para que no os quepa en los bolsillos
para que no os quepa en la
boca
que os podáis lavar los dientes
con pasta
sobre una torre
de tronas
absurdamente
estable
(por ahora)
Porque tanto que subisteis
para al final acabar todos
en la tierra
mordiendo el polvo
basura biodegradable
como somos
yo prefiero
comer en el suelo
y con las manos
el pan de oro me indigesta
y tengo miedo a las alturas.
domingo, 24 de abril de 2016
Allende
Nos quisieron ordenar
hasta el caos
quisieron predecir
nuestras trayectorias
ubicarnos
como puntos en el mapa
atados
a alas muertas de mariposa
y no consiguieron
oráculos
tan lúcidos
como para
adelantarse
a nuestros
pasos
en huida
Nos quisieron
traducir
a binario
y nosotros
nos mantuvimos
indeterminados
a medio camino
entre el horizonte y el abismo,
allí
(allende)
nos encontraron
degenerados
nos tuvieron que mirar
desde varios ángulos
y siguieron
sin comprender
qué nos faltaba
qué desencajaba
en nuestras caras
asimétricas
y quebradas
como el espejo
del artista
siete años
siete veces
que se partió
el labio
que se quemó
el párpado
que se inyectó
sangre
en los ojos
y otras sustancias
siete fragmentos
siete facciones
múltiplemente conexas
o inconexas
como un toro
con un hueco
de bala
entre las cejas
y allí,
allende el verso
siguieron sin comprender
que sus esencias
en estanterías
perfectamente ordenadas
y en probetas
milimetradas
hasta la médula
no nos valían
y que no nos estábamos
lanzando al abismo,
ni estábamos pisando
el horizonte
si no que
vivíamos
en el limbo
aguas internacionales
otra vez
que habíamos
soñado
con el paraíso
otra vez
pero aquí
no hay más
que
dragones
fosilizados
y una cara
o siete caras
inconexas
que no se hablan
que no se entienden
que corren
en siete direcciones
distintas
y quiebran
una vez más
el espejo
y los mensajes
de heliógrafo
ya no hablan en morse
así que
el GPS
nos ha perdido:
allende
no habita en los mapas.
hasta el caos
quisieron predecir
nuestras trayectorias
ubicarnos
como puntos en el mapa
atados
a alas muertas de mariposa
y no consiguieron
oráculos
tan lúcidos
como para
adelantarse
a nuestros
pasos
en huida
Nos quisieron
traducir
a binario
y nosotros
nos mantuvimos
indeterminados
a medio camino
entre el horizonte y el abismo,
allí
(allende)
nos encontraron
degenerados
nos tuvieron que mirar
desde varios ángulos
y siguieron
sin comprender
qué nos faltaba
qué desencajaba
en nuestras caras
asimétricas
y quebradas
como el espejo
del artista
siete años
siete veces
que se partió
el labio
que se quemó
el párpado
que se inyectó
sangre
en los ojos
y otras sustancias
siete fragmentos
siete facciones
múltiplemente conexas
o inconexas
como un toro
con un hueco
de bala
entre las cejas
y allí,
allende el verso
siguieron sin comprender
que sus esencias
en estanterías
perfectamente ordenadas
y en probetas
milimetradas
hasta la médula
no nos valían
y que no nos estábamos
lanzando al abismo,
ni estábamos pisando
el horizonte
si no que
vivíamos
en el limbo
aguas internacionales
otra vez
que habíamos
soñado
con el paraíso
otra vez
pero aquí
no hay más
que
dragones
fosilizados
y una cara
o siete caras
inconexas
que no se hablan
que no se entienden
que corren
en siete direcciones
distintas
y quiebran
una vez más
el espejo
y los mensajes
de heliógrafo
ya no hablan en morse
así que
el GPS
nos ha perdido:
allende
no habita en los mapas.
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